Hay una ciudad con la que tengo un idilio. Y ésa es Granada. Siempre que vuelvo hay algo distinto que me conmueve y me maravilla. Una calle, las vistas, una fuente, cualquier detalle…
Siempre que voy de visita me imagino a mí misma viviendo una temporada en el Albaicín o Sacromonte, mis barrios preferidos de Granada. La primera vez que fui, a finales de año del 2001, tenía unos doce años y desde entonces he vuelto otras cinco veces, por lo menos. Pero cada vez es, por un motivo u otro, muy especial. En esta ocasión volví para recordar esa sensación y para hacerle una entrevista a una persona que conozco desde que era niña, amigo de mi madre, un artista que vive muy cerca del Albaicín.