Parece que fue ayer cuando me levantaba cada mañana y desayunaba leyendo un trocito del libro Un viaje interior, de Marcando el Polo. Hace años me enganché al proyecto de esta increíble pareja viajera, Dani y Jota, y desde entonces les voy siguiendo la pista en todas sus aventuras, con lo que sumé más inspiración a la mochila mientras me preparaba mentalmente para tomar la decisión de irnos a Sudamérica sin billete de vuelta. Nunca podré agradecerles lo suficiente ese empujón que, sin saberlo, me dieron. Más adelante, cuando ya estábamos en medio del viaje, tuve la oportunidad de ver a Jota -Dani no pudo venir por motivos laborales- y entrevistarle en Buenos Aires. Ahora que estamos confinados en casa debido a la crisis sanitaria mundial provocada por la expansión del coronavirus, espero que pases un buen rato leyendo la entrevista y que disfrutes con las anécdotas viajeras, reflexiones y aprendizajes que comparte en ella.
Munay, una palabra que me desnuda por dentro
Hoy he decidido ponerme a escribir, un día más. Uno cualquiera, a las tres de la mañana. Sin poder dormir, sólo me surgen palabras. Mi cabeza es un bullicio que no me deja pegar ojo. Es una manía que tengo: durante el día sueño despierta y por la noche escribo en sueños.
Podría haber esperado a que el momento fuera más apropiado, podría haber seguido como si nada, con mi rutina y trabajo diario, durante mucho tiempo más. Podría haber actuado de forma más sensata, como, por ejemplo, salir de viaje teniendo otra fuente de ingresos para no quedarme sin red. Podría… Tantas cosas podría haber hecho… Pero quizás entienda más las cosas de corazón que con sensatez. Elegí el camino de los sueños. Decidí no esperar. Sin saber bien qué me espera mañana.
De voluntarios en Arequipa
Había una vez unas letras que, cuando se juntaban, bailaban y reían, jugaban y disfrutaban de lo que son. Se cogían de las manos y echaban a andar. Alguna vez ocurría que, por un despiste, una se tropezaba y caía de bruces. Pero, por suerte, ahí estaban las demás, para levantarla y acompañarla mientras se reponía del golpe. La cuestión, decían, era estar juntas. Y así, a todas partes. A veces, se encontraban con otro grupo de letras que se burlaba de las demás. Aprovechaba cualquier ocasión para ponerle la zancadilla a más de una, para verla caer.
Pero éstas, a pesar de que no les ganaban en número, sabían que eran más fuertes y que lograrían vencer. Lo que las mantenía a salvo era, en realidad, su palabra, a la que ellas mismas daban sentido. El amor es lo que aprendieron de sí mismas y lo que las llevó hacia nuevos horizontes, mientras que el odio, lleno de impotencia, no entendía cómo la suya no le llevó a ninguna parte.
Yo quiero ser como tú
¿De dónde sale ese pensamiento? ¿Por qué parece que lo tengo incrustado en mi interior? A veces me he sorprendido a mí misma pensando de esa manera cuando miro, leo o escucho a esa persona por la que siento envidia. Sin embargo, llega un día en que te das cuenta de que ese sentimiento, al igual que el miedo, se puede convertir en algo positivo, en el motor del cambio. Un cambio de perspectiva. Y esa envidia se puede transformar simplemente en admiración. Entonces puedes seguir caminando desde la paz interior y la tranquilidad que te produce lo que has aprendido, el sentimiento de que eres suficiente en cada momento al aceptarte tal y como eres. Es decir, apreciando la magia de ser tú misma. Ni más ni menos.
Pero hace unos meses no me imaginaba que iba a llegar hasta este punto, ni por asomo. La baja autoestima destruía día a día la confianza en mí misma. Pero ahora que ha terminado Circus People, un programa de desarrollo personal organizado por la coach Hana Kanjaa, me he dado cuenta de muchas cosas.
Dando forma a un anhelo: el voluntariado
Una letra, inspiración
Una mirada, mi sensación
Una palabra, todo… conexión
Releo unas anotaciones en una pequeña libreta que llevo siempre en el bolso, donde escribo reflexiones, pensamientos que me vienen en cualquier lugar, en cualquier momento.
Hace un año escribía esas líneas. Mi interior me lanzaba mensajes continuamente. Sólo debía intentar seguir mi instinto, dar pequeños pasos para avanzar gracias a él. Así que en ésas estamos… Probablemente sea un proceso que no termine nunca y éso es lo mágico.
El fin de semana del 5 al 7 mayo acudimos al Encuentro Nacional de Voluntariado del Instituto de Religiosas de San José de Gerona (IRSJG).